Corriendo
juntos a la orilla de este río
envueltos
en la tibia luz de tu camino,
veinte
años pueden ser solo un suspiro
de
caricias llenas y de versos contenidos,
y
no es vida, si viviendo no es contigo.
En
la maleta, retazos del trayecto
dos
juguetes, fotos, un libro amigo
el
esqueleto de un paraguas y tu afecto
siguen
lloviendo días casi a diario,
y
no es día, si amanece y no es contigo.
El
hambre de tus besos, la sed de mis anhelos
la
ternura y el calor de tus abrazos,
los
placeres mas golosos cometidos
entre
blancas nubes o en sábanas de raso,
y
no es gozo, si anochece y no es contigo.