Ven, desnúdate despacio
como sin querer,
y ávido de caricias
volveré a la vida
navegando entre tus pechos.
Deja que mis sentidos te busquen
perdidita entre mis piernas
mientras al arrancarte la ropa
juntos descubrimos
tus carnes rendidas
al calor de mi boca.
No pronuncies mi nombre
y como dos desconocidos
entre las sábanas y el cielo
despertaremos al alba
enredados en tu pelo.
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