"…y el hombre sin antes, clavó su rodilla en tierra, y lentamente guardó los pedazos de un corazón roto en el hueco de su camisa, se fue, tristemente, mientras miraba de reojo días pasados, felices noches olvidadas y sentimientos que nunca pudieron existir. Ahora, se decidía a andar por el mundo sin rumbo ni objeto, con tan solo el “no” de tu fría cordura y el alma inerte, ¿quién quiso nunca un corazón de amante?"
martes, 5 de octubre de 2010
Sin rumbo
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