Ay mujer de mis rincones

Ay mujer de mis rincones,
y aún crees que me conoces
y en el fondo no sabes,
no sabes del olor de mi carne
ni del correr de mis dedos
por tu piel desnuda,
no sabes de mis dientes riendo
sobre el pecho descubierto
ni del sabor de mis besos,
no sabes si es diestro mi lado izquierdo
y nunca has visto el color de mis secretos,
no sabes de mi lengua,
ni sabes de mi sexo,
no sabes del estremecer trémulo
de mi mano que acaricia tu suave cuerpo
no sabes hasta donde llego, si empiezo,
si sigo, si paro o si muero
o donde quedaron los límites,
no sabes y aún sigues, muda
cuando mi paciencia se agota
ay mujer de mis rincones
buscas en el fondo de unos ojos verdes
porque no sabes,
no sabes si es de otra
el aire que me envuelve
o si respiro despacio porque sin ti duele
no sabes si busco, si pierdo o si encuentro
o si a cada instante mi corazón muere,
por que no sabes, mujer
y porque no quieres.

Soy tuyo

Hoy querría regalarte algo,

algo dorado o lujoso, bello,

lleno de brillos o esmaltes

o de colores vistosos.

Pero no puedo, hoy solo

te regalo cada poro de mi piel

cada pequeño pliegue, cada surco

cada imagen y cada pensamiento.

Hoy son tuyos mis dedos en tu pelo

mi nariz en el hueco de tu cuello

y mis rodillas alrededor de tu cintura

mi lengua, tuya, enroscada en tu ombligo

y mi sed entregada al ardor de tu boca.

Es tuya cada parte, cada esencia de mi cuerpo

mi risa embargada por la luz de tus ojos

mis pies andantes a la sombra de tus besos

y un corazón vacío rebosante de ti.

Es tuyo mi silencio y mis gritos

mi despertar al alba y mis noches de insomnio,

ese lunar en mi hombro

la tristeza que sobra y el amor que falta.

Los rumores del viento alrededor de mi figura

la luna en mis pupilas y el crepitar de este fuego

y todo mi silencio, 

y mis gritos, 

y mi silencio.